Por Elvio Alvarenga
El desgraciado suceso ocurrió en la mañana del jueves y las víctimas fatales fueron personas jóvenes, un poco más de 40 la pareja y 20 la hija. Tres vidas que pudieron dar mucho más a la sociedad, a sus amigos, familiares, truncadas de manera violenta e inesperada.
Y si uno se pone a pensar, si uno se pone a imaginar, viajando con las ganas de seguir aprendiendo, y de repente se le pone una mole frente a uno, la desesperación que habrá cundido dentro del vehículo de pequeño porte ante el inminente desenlace fatal al ser prácticamente arrollados por un camión de gran porte.
Y la sociedad se santigua y se sorprende, aunque ya no debería. La gente sigue muriendo en la ruta, en la calle, en todos lados ante el desastroso tránsito que tenemos y el descontrol total. Tanto la ruta Py 05 como la Py 022 están plagadas de cruces en sus costados, y el ramal a Pozo Colorado no se queda atrás. Son señales de gente que ha dejado sus vidas en estos accidentes de tránsito a los que casi nos acostumbramos.
Y la pregunta es: ¿Seguirá muriendo la gente de esta manera? Y la respuesta casi con certeza es sí; mientras no se tome en serio la cosa. Mientras los conductores sigan actuando irresponsablemente (no estamos juzgando el caso puntual, aunque el alcotest dio positivo), jugando carreras, manejando alcoholizados y mientras las autoridades sigan coimeando antes que realizar los controles de las condiciones de los vehículos que transitan, el respeto a las reglas de tránsito pero por sobre todas las cosas de las condiciones del que está al mando de un vehículo.
Para buscar frenar esta situación están las leyes correspondientes, solo falta aplicarlas. Como uno de los puntos, urge la aplicación del alcotest en las salidas de las capitales distritales afectadas por rutas asfaltadas o de manera aleatoria. Pero un control serio y no una trampa para coimear al incauto o con el simple objetivo de recaudar. A lo mejor no será la solución pero estamos seguros que en algo ayudará.
