Por Elvio Alvarenga
Evidentemente, los problemas que se buscan solucionar existen. Es más, hay otros demasiado graves que vuelven altamente peligrosas nuestras calles.
Sin embargo se observa la aplicación de una ordenanza creada de manera inconsulta con los diferentes sectores afectados. Y los primeros que reclamaron fueron los transportistas ya que con el nuevo recorrido deben invertir en infraestructura y dedicar tiempo al tema en una época de mucho trabajo.
Y hay un sector, más sensible todavía porque está en juego la vida misma; y me refiero a los dializados tanto del hospital regional como del IPS (Nefrodial que funciona en el sanatorio San Antonio) que vienen del interior del departamento, especialmente de Horqueta y Yby Ya’ú.
La diálisis implica estar conectado por cuatro horas a una máquina que cumple la función de los riñones. Esto se hace tres veces a la semana. La diálisis en estos centros tiene diferentes horarios y varios turnos diarios.
El problema que se presenta con el nuevo itinerario es que muchos de los dializados deben caminar unas cuatro a cinco cuadras para tomar el bus en la esquina del parque infantil ( avenida Pinedo) o hasta la rotonda de Itacurubí y volver a casa. Y esto es inhumano. Imagínense dializarse por cuatro horas y después caminar bajo sol o lluvia esa distancia.
Y para el ingreso también es un problema porque el delicado tratamiento y la cantidad de pacientes exige el cumplimiento estricto de un horario.
Con el anterior itinerario los dializados salían a Bernardino Caballero y caminaban a lo sumo dos cuadras. Con viejo itinerario los colectivos entraban y salían al centro de la ciudad por la Avenida Bernardino Caballero; ahora lo deben hacerlo dando toda la vuelta por Heriberto Colombino. Inclusive los que van por el chaco deben volver a entrar hasta la rotonda del barrio Itacurubí para después retomar viaje.
El problema de congestionamiento en la zona del mercado es infernal pero la solución debe ser integral. Tránsito, ocupantes de las calles, entre otros. Y uno de los mayores tropiezos en esa intención (que aparentemente no existe) es el famoso proyecto del mercado de abasto del barrio San Carlos, mencionado en cada campaña proselitista pero que duerme entre matorrales y basurales.
Señores, no castiguen al inocente por los pecadores. Busquen una rápida solución a los problemas que genera el nuevo itinerario. Se los pido en nombre de mis compañeros dializados.