Por Elvio Alvarenga
Mientras la preocupación y las publicaciones periodísticas se ocupaban de las vacunas, silenciosamente iba en aumento la necesidad de oxígeno medicinal.
El último fin de semana y nuevamente ayer, los familiares de los enfermos de covid 19 vivieron un infierno en la tierra. La situación, inclusive costó vidas. Sí, parece el título de una película, «Un infierno en la tierra», solo que en este caso no se trató del séptimo arte, ni de ciencia ficción ni de algo futurista. Fue y sigue siendo la realidad. La falta de oxígeno que desesperó a la población, especialmente la afectada por los problemas respiratorios causados por la enfermedad de moda. Imagínese, usted, con un hule en la cabeza y faltándole aire, cuál sería su reacción.
Es dolorosa la comparación pero es la manera de graficar el sufrimiento de las víctimas de esta situación. Si la saturación es menor de 89, quiere decir que falta oxígeno en el organismo de una persona y debe recibir de manera artificial.
A propósito de falta de previsión, las autoridades políticas (cargos electivos) y sanitarias se reunieron y brindaron la semana pasada una conferencia de prensa –a instancia de la ACIC- donde cayeron en varias incoherencias, en donde lo más resaltante fueron precisamente el tema presupuestario, la falta de infraestructura para provisión de oxígeno, el funcionamiento de más camas de terapia intensiva y del pabellón de contingencia.
Esta reunión se hizo a más de un año del ingreso del covid 19 Para colmo, mientras los enfermos de covid se debatían entre la vida y la muerte, las autoridades municipales –no sabemos con qué color de capricho- en la organización de una criticada peatonal gastronómica.
El fin de semana finalmente se logró paliar la falta de oxígeno con una reacción del Ministerio de Salud y no faltaron una vez más, los políticos que publicaron en redes o inclusive institucionales, sus hazañas para conseguir el vital elemento. Lo único positivo de la cuestión fue la solidaridad de la población y de algunas empresas privadas.
Entre los pobladores, la información sobre cómo conseguir oxígenos corre como reguero de pólvora. «El que tiene paga y al que no igual nomás se le da» decía el comerciante Galo Coronel; mientras Atenas Food dono 82 tubos y 5.300 litros de oxígeno. Ojalá que esta experiencia no se repita, que puedan tomarse todas las previsiones para evitar este tipo de situaciones. Aunque teniendo a las autoridades que tenemos, muy poco cambio se puede esperar.