Por Elvio Alvarenga
La urgencia es de dos pabellones, ya que los estudiantes están utilizando salas alternativas para evitar ingresar bajo lo que ya consideran alto riesgo para su integridad física.
El temor genera también pérdidas de clases porque ante las primeras posibilidades de fenómenos climáticos, los padres ya no envían a sus hijos al colegio. Uno de ellos inclusive anunció que desde fines de setiembre si realmente se cumple el anuncio climático, ya no enviarían a sus hijos a la casa de estudios.
Luis Adalberto Rojas, director; José Giménez, padre de familia; Aurora Mendoza, supervisora educativa y Agustín Giménez, resaltaron la necesidad de una urgente reparación para brindar seguridad a los educandos. “Estamos con una infraestructura que básicamente ya no se puede utilizar a estas alturas, hasta la fecha desde el 2018 que venimos luchando, yo presenté cuando se me entregó el pabellón nuevo, al ministro Raúl Aguilera una nota solicitando la refacción edilicia de esta institución, entonces no hubo respuesta. En el 2019 presenté nuevamente al ministro Petta ya y por vía supervisión y vía dirección departamental también y hasta la fecha no estamos teniendo respuesta”, insistió el director.
“También a la Municipalidad y a la Gobernación. Los que faltan con suma urgencia son dos pabellones, estamos utilizando como aula la parte de la dirección, la secretaría, el salón multiuso donde están funcionando el séptimo, primera y segunda sección más octavo primera y octavo segunda, son las secciones donde están los alumnos y albergan 40 alumnos por cada sala. Actualmente tenemos 373 alumnos en las diferentes modalidades, escolar básica, científico y ciencias sociales, bachillerato técnico en informática”.
José Giménez, padre de familia, refirió que su hija mayor «hace cinco años que empezó aquí, tenemos tres hijas alumnas en el colegio y me queda todavía mucho tiempo como padre de familia aquí. Es preocupante porque con cada tormenta, cada lluvia que afecta al colegio, esa es la preocupación de los padres. Si uno no está en la ciudad, si está trabajando en otra ciudad, si no esta en la ciudad tiene que estar preocupándose por su hijo, quien le va a retirar, porque de repente se puede derrumbar esto. Y esto mirando así a simple vista, ya está obsoleto, no puede uno dejar que se utilice más como centro de estudio, está a punto de derrumbarse, no lleva
más mucho tiempo para que se venga abajo», alertó Giménez.
“Para evitar una desgracia, con el director estuvimos mirando todas las solicitudes que se hicieron al Ministerio y a todas las instituciones del departamento y del distrito y no estamos teniendo respuesta y queremos ir golpeando puertas, distrital departamental, llegar a Asunción porque la vida de nuestros hijos está en riesgo, con el pronóstico de temporales y de tormentas desde fines de setiembre a lo mejor ya no les enviamos a nuestros hijos”, comentó el padre de familia.